sábado, 23 de mayo de 2020

Capítulo 2



Mientras Demetrio, temblando de la felicidad porque aunque está acostumbrado a tratar con hombres guapos jamás encontró un ejemplar como Gato, le va bajando el tanga babeando Gato está muy tenso. LLora por dentro. Demetrio está feliz, tiene ante así la herramienta genital más bella que ha visto en su vida:
--sabía que no me iba a decepcionar...
Gato está pasando el peor momento de su vida. El precio que está pagando es alto pero confía en que su humillación acabe aquí. Trata de subirse el tanga que Demetrio ha dejado en sus rodillas:
--bueno, ya está bien. Creo que ya me he ganado el empleo...
Demetrio se arrodilla ante él:
--que ganas tenía... --jadea.
--ya basta --suplica Gato.
--eso lo decido yo... si es que quieres el empleo. Pago bien...
--¡¡Esto es demasiado, es inmoral...¡ ¡¡lo puedo denunciar...¡
Demetrio lo empieza a masturbar. Ríe:
--Los limites los pongo yo... Si quieres trabajar para mí calla y obedece... Harás carrera conmigo y además disfrutarás mucho...
Por un momento Gato quiere acabar con todo eso que está acabando con él. Nunca pensó que lo humillarían de esa manera, que se vería forzado a acostarse con alguien por dinero. Piensa en su abuela, en que ya no ve la manera de conseguir dinero y no quiere dejarla morir. Gato cierra los ojos. Trata de olvidar lo que está viviendo. Está demasiado tenso y aquello no crece pese a las fuertes chupadas de Demetrio. Éste es muy bruto. No le gusta quedarse con las ganas de todo. Da la vuelta a Gato de una forma muy violenta. Sólo le importa su propio placer. Le lame el culo. Le mete los dedos en el agujero. Mete varios a la vez, comprueba con deseo que no le cuesta nada. Le azota en las nalgas:
--¡¡y tú haciéndote de rogar, maricón...¡¡ ¡¡yo sabía que eras maricón... tenías que serlo... Eres demasiado guapo... ¡tiene muy grande el agujero... se nota que has cogido con muchos...
Demetrio jadea, Gato siente mucho asco. Le horroriza cuando oye que Demetrio se va desabrochando los pantalones. Confía en que el hombre no se atreve a tanto. Cuando siente que Demetrio roza su sexo en su trasero trata de irse pero Demetrio lo empuja contra la pared.
--¡¡no te muevas, maricón...¡ ¡¡que no es nada que no hayas echo antes...¡ ¡¡así que no te hagas el ofendido...¡¡ ¡¡no te pido nada nuevo para ti, sucia puta...¡
Demetrio es muy violento. Lo insulta, le da azotes.  A Gato no le gusta la humillación a la que está siento sometiendo:
--yo lo que quiero es empleo de bailarín... para echar un polvo tengo a mi novio... --suplica él.
El hombre se pone más agresivo. Le da un fuerte empujón estrellándolo contra la pared. Lo lastima:
--¡¡tú te callas... si quieres el empleo tienes que hacer todo lo que tú digas...¡
--no me haga esto...No es justo... --suplica Gato.
Gato hasta el último momento espera que Demetrio se apiede de él y no le obliga a esa fornicación que no desea pero Demetrio está enloquecido. No desea otra cosa.
--¿¿no dijiste que necesitas el empleo para salvar a tu abuelita...? --se jacta Demetrio.
Gato hace que sí lloroso:
--¡¡pues calla y disfruta...¡¡ --dice Demetrio agarrándolo del cuello y golpeándolo con su cuerpo.
El hombre le claba su arma con dureza y profundidad como si fuera un puñal. Así lo siente Gato que lo hiere en lo más adentro. Aunque no se ha opuesto tampoco ha consentido y se siente violado, humillado. Llora por dentro. Demetrio tiene que hacer un gran esfuerzo por no gritar del placer que siente.

En uno de los barrios más humildes de la ciudad, un hombre treinteañero, muy afemenido y poco agraciado, toca a la puerta de una humilde casita. Se ha bajado de un auto lujoso y hasta lleva chofer.
--¡¡oiga... Gato...¡¡ ¿¿estás ahí?
Por la ventana sale el vecino de arriba:
--Gato no está que pasa...?
El vecino trata a Emilia con frialdad. No le gusta que sea tan afeminado aunque que tenga mucho dinero es algo que juega a  su favor.
--quería saber como está su abuela...
--Pues igual...
--¿y ya consiguió empleo?
--en eso está supongo que ahora le saldrá algo...
--¡¡Es que no entiendo su necedad de no aceptar nada mío...¡
El vecino mira a Zack con desprecio y piensa:
--¿¿tú que te crees que somos tontos? Te lo vas a querer cobrar de alguna manera... y Gato, aunque sea pobre es demasiado para ti...
Aunque no lo dice, Zack adivina los pensamientos del vecino de Gato:
--claro, pensaría que se lo iba a cobrar... --dice triste.
--¿y no es así? --dice el vecino con desprecio-- No puedes ocultar que eres gay y que vas detrás del culo de mi amigo...
--¡¡eso no tiene nada que ver¡ --se defiende Zack.
En realidad el hombre está enamorado de Gato y daría todo lo que tiene por él.
--Gato es un sueño imposible... él nunca se fijaría en mí --dice para sí.
No sabe que Gato es gay y en todo caso no le preocupa porque sabe que Gato es demasiado guapo como para fijarse en alguien como él.
--Me gustaría hablar con la señora, asegurarme que no necesita nada...
--Si claro, toca fuerte... Se habra quedado dormido... Nunca sale, le gusta tener visita...
Zack toca fuerte.
--señora... ¡señora...¡¡
El vecino se preocupa.
--Ahora bajo.
El vecino tiene llaves y encuentran a la anciana tirada en el piso. Se lleva las manos a la cabeza.
--¡¡está muerta, Gato se va a morir...¡
Zack la examina:
--¡¡no aún está viva...¡
Zack agarra su celular para hacer una llamada. Se lleva a la anciana a una clínica privada.
--¡Gato no puede pagar eso, no va a estar de acuerdo...¡
Zack sabe cuanto Gato quiere a esa señora y está dispuesta a luchar por su vida:
--¡¡yo me llevo a la señora y no trates de impedirlo...¡
El vecino no sabe que hacer y no tiene manera de comunicarse con Gato. Mientras la anciana es llevada en una ambulancia, Demetrio explota en el interior de Gato. Le muerde el cuello para ahogar su placer. Se aparta de Gato y con desprecio le dice:
--ya te puedes vestir, vete... y olvida que nos conocimos...
Gato se ha vestido a toda prisa. Llora por dentro. Demetrio se le ríe. A Gato le da asco la cara de gusto de él, Lo mira con odio:
--no ha sido para tanto... solo por unos minutos... --se ríe-- y ahora vete.
--perdón pero usted me debe algo... --dice Gato molesto.
--si claro...
El jefe saca un cheque, firma y se lo da. Gato está sorprendido:
--¿¿qué es esto?
Gato es muy guapo y así sin camisa y con los pantalones desabrochados está muy sexy pero Demetrio siempre pierde interés en los hombres cuando los posee. Con mucho desprecio dice:
--Toma, por tus servicios...
--que es esto?
--por cinco minutos que esperas... El polvo que hemos echado no vale más... y ya vete... no tienes nada que hacer aquí... Ya te di lo que buscabas...
Gato mira a Demetrio con el rostro desencajado por la sorpresa y la rabia.

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