sábado, 23 de mayo de 2020
Capítulo 18
Gato tiene prisa. A Zack, que es algo torpe para caminar le cuesta seguir sus pasos. Van hacia el descapotable. Cuando ya están en el auto, Zack le regala celular:
--así podré hablar contigo siempre... Necesito escuchar tu voz...
Le da tarjeta de crédito:
--para que tu abuela y tú tengais todo lo que necesiteis...
Gato se la guarda. No le dice nada.
--¿y tu abuela que opina de nuestra boda?
Gato está serio. Sólo se dedica a conducir.
--Ella no sabe nada...
--¿y cuando se lo dirás?
--Cuando encuentre el momento no es algo fácil.
Zack se pone triste:
--¿te da vergüenza lo que pueda opinar de mí? Seremos casi como la bella y la bestia.
Gato le sonríe:
--No eres tan feo, si cambiaras tu chip interno te verías mucho mejor.
--La gente se va a reir de ti porque te casas conmigo --balbucea Zack con tristeza.
Gato no lo mira pero le habla:
--Nadie se va a reir de mí por casarme contigo. Dirán que soy un caradura que me quiero aprovechar de ti, que voy detrás de tu dinero... Eres un buen partido para cualquiera.
A Zack se le hace extraño eso de ser un buen partido:
--No sé, yo creo que la gente no me iba a querer ni por mi dinero. Todo el mundo me ha rechazado.
--Porque tal vez no se habrán querido enfrentar a tus abogados...
--Pero mis abogados no mandan...
--Si pero ellos te pueden llenar la cabeza y debían temer que les descubriera...
Zack mira a Gato muy emocionado:
--claro y como tú me amas no tienes miedo de enfrentarte a nadie.
Están en un semáforo. Gato lo mira. Ese joven le produce una gran ternura aunque no puede amarlo como él desea. Le pone las manos en el muslo. Zack se estremece:
--así es pero igual tengo miedo que nos separen, que te llenen la cabeza en mi contra.
Zack daría su vida por su amado Gato:
--yo jamás lo permitiré. Sé que me amas y me da igual lo que pase con el patrimonio de mis padres. No es el dinero lo que da la felicidad.
--¿y qué es para ti la felicidad?
Zack lo mira decidido y dice:
--tú.
Gato tiene que hacer un gran esfuerzo por no mostrar la culpa que siente en ese momento, el dolor que siente al estar engañándolo:
--espero que en serio te haga feliz estar conmigo --dice mientras le acaricia la mejilla.
Zack se siente en el cielo, le parece imposible no ser feliz al lado de Gato. Lo besa. Gato le sonríe. Zack suspira enamorado:
--es que no se puede ser más feliz...
Gato vuelve a conducir:
--nuestra boda será secreto. No se lo diremos a nadie.
--salvo a tu abuela...
--No, a nadie.
Gato no se atreve a mentir a su abuela. Sabe que ella no va a permitir que juegue con Zack, por eso quiere esperar hasta que su boda sea un hecho. Zack quiere mucho a la abuela de Gato y le duele que no vaya a compartir con ellos su día más feliz:
--tu abuela me quiere mucho, y yo a ella... A mi me gustaría que estuviera en la boda.
--No puede ser es lo mejor... Hazlo por mí... Dijiste que lo que yo quisiera...
--Y así será. A partir de ahora tu dominas mi vida. Yo haré todo lo que me pidas. Aunque no entiende...
Gato no lo deja seguir:
--Me amas? deseas casarte conmigo?
--más que nada en este mundo... --dice con mirada de idolatración.
--Entonces se hará lo que yo diga.
No hay nada más que hablar. Zack se queda en un segundo plano mientras que Gato arregla todos los trámites que necesitan, contrata abogados, hacen escrituras nuevas. Zack firma todo lo que su amado le da sin ni mirarlo. Justo dos antes de la boda Gato se convierte en el dueño de la mitad de uno de los imperios más fuerte del país y en el representante de la otra mitad. Es ya uno de los hombres más poderosos del país. Quiere esperar a su boda para aplastar a lo que lo lastimaron. Zack siempre a su lado recogiendo las migajas de ese falso amor que Gato le da pero que le hace tan feliz.
Gato lleva a Cayetano a un lujoso apartamento. Cayetano está impresionado.
--Te lo ha regalado tu noviecito?
Cayetano va mirando todos los rincones. Gato le muestra unas llaves:
--No, es tuyo...
Cayetano está feliz:
--¿para mí?
--Puedes vivir en él, yo te pasaré una cantidad todos los meses pero es una compra... Eres mío. Sólo mío... A ver si ese niñito con el que estás te da lo que yo te ofrezco... Si descubre que me engañas te quedas en la calle...
Cayetano se muestra cariñoso con Gato:
--No mi amor... sólo tuyo... sólo tuyo...
A Cayetano le brillan los ojos. Por fin su sueño se ha hecho realidad y sin hacer nada que no quiera hacer. Gato está triste. Ha "comprado" a Cayetano para humillarlo, para hacerlo sentir mal, para que comprenda que su manera de ver la vida es la equivocada y le duele ver que es feliz, que no le importa, que se ha vendido encantado. Gato sabe que su mejor venganza sería darle todo para después quitárselo pero está enamorado de él y aunque superficialmente dice que se quiere vengar en realidad lo ama y no puede renunciar a él. Cayetano sabe que Gato no está muy seguro de lo que hace pero sabe como complacerlo, sabe las cositas que le gustan, que le vuelven loco, que le enloquece. Gato se va derritiendo mientras que Cayetano le toca en sus puntos débiles Gato se va derritiendo en sus brazos.
--eso mi amor, te dejate llevar por mi. Yo sé lo que te gusta... Conmigo no necesitas nada más...
Gato pierde la voluntad mientras Cayetano lo hace gozar. Mientras el uno disfruta del cuerpo del otro. Después del rico coito, los dos guapos yacen desnudos el uno en brazo del otro. Gato lo mira muy enamorado.
--dime que me amas, que no te importa mi dinero...
Cayetano le sonríe:
--claro te amo...
Habla con un tono de burla. Gato se molesta. Salta de la cama, se pone el boxer:
--¡almenos podías mentir mejor¡ --dice molesto.
Cayetano lo mira burlón, desnudo desde la cama dice:
--has comprado mi cuerpo. Solo tú me tocarás... ¿qué es lo que más quieres?
Gato lo mira lloroso:
--nada... Está visto que nada más... --balbucea.
Tiene ganas de decirle que quiere su amor pero sabe que a Cayetano le da igual así que se lo traga. Mientras se sube, se abrocha los pantalones mira a Cayetano muy triste preguntándose porque no puede amarlo como lo ama Zack.
--¿cuando es tu boda con el tarado? --pregunta Cayetano.
--¿para qué quieres saberlo? --pregunta Gato mientras se sube la cremallera.
--Para estar seguro que has echo ya el negocio...
Gato lo mira serio:
--tranquilo, ya la mitad de todo lo suyo es mío... Haya boda o no. En eso no hay marcha atrás...
Gato se va, Cayetano se queda pensando:
--tal vez si logro impedir la boda... Gato se case conmigo y todo ese dinero sea para mí... Me lo merezco...
El rostro del guapisimo Cayetano brilla por ambición.
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